Por más que le pese a programas como La Noria de Telecinco, España sigue siendo un país tradicional y mayoritariamente católico, como lo demuestra un curioso dato que he leido hoy en prensa, que nos indica que el programa de mayor audiencia media de la 2 de TVE a lo largo de 2008 ha sido "El Dia del Señor" (la misa de los domingos por la mañana, más claramente hablando), con un 12% , estando el siguiente programa de dicha cadena en poco más del 4%.
Aparte del dato comentado, que no deja de ser un dato estadístico, todos podríamos decir sin esfuerzo cientos de fiestas de carácter católico que se celebran en todas las ciudades y pueblos de nuestro país con una participación multitudinaria en la gran mayoría de los casos: desde el Día del Pilar en Zaragoza, la Semana Santa en Andalucía (y en muchos otros sitios), el Rocío o la Virgen de Agosto hasta el día del patrón o patrona de cualquier pueblo: La Virgen de la Peana de Borja, Santa Catalina de Marracos, o Santos Primo y Feliciano, de Rabanera de Cameros, por ejemplo.
Por no hablar de los cientos de miles de celebraciones privadas anuales que se fundamentan en tres de los siete sacramentos cristianos: bautismo, eucaristía (comunión) y matrimonio.
O de cuál es el modo en que se despide en España a una persona fallecida. O, sin ir más lejos, de cuál es el día mayoritario de descanso laboral en nuestro país: el domingo, que viene de la expresión latina Dies Dominicus (Día del Señor)
Con todo ello no quiero decir que no tengan derecho a existir las creencias de carácter minoritario que conviven con la católica. Nada más lejos de la realidad.
Pero tampoco está bien que andemos quitando crucifijos de los ministerios o prohibiendo los belenes en las escuelas, pues con ello se está faltando al respeto a un número muy importante de personas.
No digo que se rece el Padrenuestro en la toma de posesión del Presidente del Gobierno, como vimos en Washington el pasado martes en la de Obama, pero tampoco que metamos en la cárcel a Rouco, que a este paso cualquier día.
Mientras tanto, por si no lo sabían, ZetaParo sigue llevando a un colegio de monjas a sus dos hijas.