Ya está aquí Barack Obama, que ha creado unas expectativas e ilusiones desconocidas desde hace mucho tiempo, tal y como se ha podido comprobar esta tarde en Washington.
¿Será simplemente porque la situación actual hace necesario tener una ilusión a la que agarrarse o porque verdaderamente es alguien que puede cambiar las cosas sustancialmente? El tiempo nos lo dirá. Esperemos que sea lo segundo, pues bien nos irá a todos con ello.
Aparte de todo, hoy hemos podido comprobar una vez más el ejemplar comportamiento del pueblo americano cuando de lo que se trata es de hacer patria. Allí estaban gentes y expresidentes de todos los colores apoyando a su nuevo líder.
Y otro ejemplo: Obama ha incorporado como ministros a algunos de los que estaban con Bush, por su demostrada capacidad para el cargo. ¿Se imaginaría aquí alguien que cuando entró ZP hubiera mantenido a Rodrigo Rato como ministro de economía? Imposible. Su solvencia sólo le sirvió para tener que marcharse de presidente del Fondo Monetario Internacional. Caso similar el de Javier Solana cuando entró Aznar.
Lo dicho, mucho que aprender todavía.
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