El gobierno ha rectificado hoy mismo sus previsiones económicas para 2009, pasándose de un crecimiento del 1% a un decrecimiento del 1,6%, y de una tasa de paro a finales de este año que pasa del 14% al 17%.
Es una más de las rectificaciones producidas (y las que vendrán) desde el debate Solbes-Pizarro de febrero 2008, en el que incluso el turolense, al que se le tildó de catastrofista, se quedó corto.
Por encima de cifras más o menos manipulables, lo que sí es real es la sensación derivada de mi actividad diaria, que me permite ver la realidad en muchos sectores y geografías. La cosa pinta horrible.
El problema principal es que nos seguimos empeñando en que para levantar el asunto han de recuperarse la construcción y la automoción, y los esfuerzos principales se están centrando en ello. Y nada más lejos de la realidad: ni la construcción va a coger jamás (ni de lejos) el ritmo que tuvo entre 2003 y 2006 ni las multinacionales del automóvil están por la labor de seguir estando muchos años en un país con unos costes de personal enormes.
¿Por qué no dejamos que esos dos sectores lleven la evolución que tengan que llevar y nos dedicamos a modernizar el turismo, la agricultura, la industria alimentaria, el transporte de mercancías por ferrocarril, el diseño, el medioambiente, la ingeniería y los servicios sociales, entre otras muchas cosas para las que España tiene posibilidades?
Pues no, mientras tanto a ir tirando, dándoles 200 millones (de euros) a la Opel y 8000 millones (de euros) a los ayuntamientos para que se hagan obras, que los gasten en nueve meses y vuelta a la misma situación, pero agravada.
Igual que en su día los altos hornos, la minería o la ganadería dejaron de ser la base de nuestra economía, ahora toca de nuevo cambiar de modelo y olvidarnos de que el motor son los ladrillos, el cemento y los monovolúmenes.
Por no hablar de montar alguna central nuclear para empezar a disminuir ese 93% de la energía que tenemos que traer de fuera. Pero claro, lo de las centrales nucleares en este país es tabú. Mientras, Sarkozy ya está construyendo una megacentral junto a la frontera de La Junquera, para que si se escapa algo lo compartamos con ellos. Pero mientras tanto, a comprarles la energía.
Lo malo es que la situación la va a pagar una gran parte de la ciudadanía, a la que estos años se le ha creado unas expectativas irreales. Hoy mismo me han comentado la cantidad de Audis y Mercedes que se están tragando los bancos procedentes de créditos impagados.
Y lo peor es que la actual oposición tampoco está ni mucho menos a la altura de la circunstancias. Si escuchamos con atención sus intervenciones en los medios, la única persona que hace de vez en cuando algún planteamiento medianamente razonable es la presidenta de la comunidad madrileña.
Mientras tanto los sindicatos guardan silencio, no sea que se les recorten las multimillonarias (en euros) subvenciones que reciben año a año, sobre todo cuando manda la mal denominada izquierda.
Lamento inaugurar mi blog de forma desagradable, pero creo que es lo que hay y para ocultarlo ya tenemos a ZetaParo.
En cualquier caso prometo tratar asuntos más jocosos en los que vengan de aquí en adelante.
Y quede claro que ojalá me tenga que retractar muy pronto de este artículo inaugural del blog de Deivid en la Onda.
Saludos y a llevarlo bien.
Es una más de las rectificaciones producidas (y las que vendrán) desde el debate Solbes-Pizarro de febrero 2008, en el que incluso el turolense, al que se le tildó de catastrofista, se quedó corto.
Por encima de cifras más o menos manipulables, lo que sí es real es la sensación derivada de mi actividad diaria, que me permite ver la realidad en muchos sectores y geografías. La cosa pinta horrible.
El problema principal es que nos seguimos empeñando en que para levantar el asunto han de recuperarse la construcción y la automoción, y los esfuerzos principales se están centrando en ello. Y nada más lejos de la realidad: ni la construcción va a coger jamás (ni de lejos) el ritmo que tuvo entre 2003 y 2006 ni las multinacionales del automóvil están por la labor de seguir estando muchos años en un país con unos costes de personal enormes.
¿Por qué no dejamos que esos dos sectores lleven la evolución que tengan que llevar y nos dedicamos a modernizar el turismo, la agricultura, la industria alimentaria, el transporte de mercancías por ferrocarril, el diseño, el medioambiente, la ingeniería y los servicios sociales, entre otras muchas cosas para las que España tiene posibilidades?
Pues no, mientras tanto a ir tirando, dándoles 200 millones (de euros) a la Opel y 8000 millones (de euros) a los ayuntamientos para que se hagan obras, que los gasten en nueve meses y vuelta a la misma situación, pero agravada.
Igual que en su día los altos hornos, la minería o la ganadería dejaron de ser la base de nuestra economía, ahora toca de nuevo cambiar de modelo y olvidarnos de que el motor son los ladrillos, el cemento y los monovolúmenes.
Por no hablar de montar alguna central nuclear para empezar a disminuir ese 93% de la energía que tenemos que traer de fuera. Pero claro, lo de las centrales nucleares en este país es tabú. Mientras, Sarkozy ya está construyendo una megacentral junto a la frontera de La Junquera, para que si se escapa algo lo compartamos con ellos. Pero mientras tanto, a comprarles la energía.
Lo malo es que la situación la va a pagar una gran parte de la ciudadanía, a la que estos años se le ha creado unas expectativas irreales. Hoy mismo me han comentado la cantidad de Audis y Mercedes que se están tragando los bancos procedentes de créditos impagados.
Y lo peor es que la actual oposición tampoco está ni mucho menos a la altura de la circunstancias. Si escuchamos con atención sus intervenciones en los medios, la única persona que hace de vez en cuando algún planteamiento medianamente razonable es la presidenta de la comunidad madrileña.
Mientras tanto los sindicatos guardan silencio, no sea que se les recorten las multimillonarias (en euros) subvenciones que reciben año a año, sobre todo cuando manda la mal denominada izquierda.
Lamento inaugurar mi blog de forma desagradable, pero creo que es lo que hay y para ocultarlo ya tenemos a ZetaParo.
En cualquier caso prometo tratar asuntos más jocosos en los que vengan de aquí en adelante.
Y quede claro que ojalá me tenga que retractar muy pronto de este artículo inaugural del blog de Deivid en la Onda.
Saludos y a llevarlo bien.
Vaya tocho! Nada Marta, que se ve que no ha leído bien tu comentario... o no lo ha entendido bien...
ResponderEliminarPero ha estado interesante. Para rato se arregla el panorama.
Bien, bien, un comentario algo catastrofista pero para nada irreal.
ResponderEliminarY yo me pregunto, para cuando una huelga general???
Donde están ahora los artistas???
Siguen apoyando a ZP, con la tontadica de la ceja en "uve"???
En fin, cada uno que haga lo que pueda...
Los artistas están esperando a la próxima ley anti p2p, ya en elaboración,un nuevo intento para incrementar la venta de discos y películas.
ResponderEliminarEso sí, manteniendo el canon.
Esperemos que los inventores del p2p tengan ya preparada una nueva técnica.